Las islas tienen hasta una especie de anclas que les permiten moverlas si es necesario.
En esta foto nos demuestran como construyeron su isla.
Las mujeres Aymara son muy hábiles en la elaboración de artesanías y bordados.
Cuando llegamos a esta isla, nos recibieron con un beso en las dos mejillas diciéndonos, "kamisakari", que significa, "¿cómo estás?. Antes de desembordar nos habían instruido a contestar, "waleki", que significa, "estoy bien". Al alejarnos de la isla, las mujeres nos despidieron cantando en aymara, francés y español... Y todos nos reímos cuando a una voz gritaron, "hasta la vista, baby".
Me hubiera encantado poder quedarme más tiempo con esta gente tan hospitalaria y amigable, pero por ahora todavía nos restaban como dos horas y media más para llegar a la isla de Taquile, el hogar de los Puno Quéchua.
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